La pequeña nena quería que le follara su coñito duro como nadie antes
Mae es una pequeña morena caliente con la que quería follar desde hace mucho tiempo. Esta bomba de 5'3'' siempre vestía ropa diminuta que me ponía la polla dura cada vez que la veía. Un día vino a mi casa y de inmediato empezamos a coquetear. Me di cuenta de que estaba súper cachonda por cómo gemía cada vez que la tocaba. Cuando en broma la levanté en mis brazos, ella le dio una palmada en el culo y me dijo que quería ponerse traviesa conmigo. La zorra adolescente estaba realmente excitada cuando la levanté y la levanté en el aire. Se quitó la blusa para recompensarme y mostró sus tetas. Tenía esas fantásticas líneas de bronceado que hacían que sus pezones lucieran increíbles. Empecé a chuparlos inmediatamente, lo que hizo que Mae gemiera fuerte. Ella hizo rebotar su sirena para mí. Tiene tetas naturales, está muy orgullosa de ellas y le encanta usarlas para seducir a los hombres. Me encantaba verla frotarlos frente a mí. Se adaptaban perfectamente a mis enormes manos. Le quité la falda y noté que llevaba una tanga de zorra. Su trasero se veía fantástico, así que le saqué las bragas apresuradamente y revelé su glorioso coño afeitado. Ya estaba mojado, ya que el bebé estaba listo para ser follado por un hombre de verdad. Luego se arrodilló y sacó mi polla de mis pantalones. Impresionada por su tamaño, empezó a lamerlo seductoramente. “Joder, qué espectáculo”, pensé mientras miraba a la sexy adolescente, que adoraba mi gruesa polla. Esta pequeña y cachonda tenía mucho talento en lo que respecta al sexo oral.
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No quería correrme demasiado rápido en su boca, así que no dejé que me chupara por mucho tiempo. La levanté para que pudiéramos probar el 69 mientras estábamos despiertos. Su coño estaba por toda mi cara y deslicé mi lengua profundamente dentro de él. Sus jugos estaban por toda mi boca y me encantó el sabor. Luego le dije que se subiera encima de mí y cabalgara lo más fuerte posible. Esta compartió sus caderas como una pequeña vaquera traviesa. Ella llegó con facilidad a esta posición. No quería darle un creampie descuidado todavía, así que cambiamos de posición una vez más. La sexy chica desnuda susurró que su posición favorita es la del perrito y que siempre quiso probarla con alguien con una polla tan grande. La incliné sobre el sofá y me deslicé rápidamente dentro de su apretado coño por detrás. La follé duro y sostuve firmemente sus jugosas nalgas. Mi enorme polla entraba y salía de su pequeño cuerpo, mis pelotas golpeaban su clítoris. Su pequeña figura me facilitó sostenerla en el aire y follarla como a un juguete, y ese juego de poder la volvió loca de lujuria. Al final, ella se tragó con entusiasmo toda mi esperma caliente.