Joven desnuda quería hacer lo que quisiera con su hermanastro desde que lo pilló masturbándose en su cuerpo.

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Una entrañable rubita se divierte en la bañera, taladrándose el coñito con un consolador, frotando su clítoris y su coñito bajo el agua. La chica desnuda se dio vuelta y se sorprendió al ver que su hermanastro se la estaba masturbando en la misma habitación. Pero la pequeña niña se sorprendió aún más cuando vio lo grande que era su polla, así que quiso divertirse al sol con él y él tuvo que aceptar para no decírselo a nadie. La pequeña rubia se acercó a él e inmediatamente comenzó a mamarle bien la polla. Lo agarró con firmeza y comenzó a acariciarlo mientras sus bolas estaban en su boca. Lo lamió por cada lado y lo preparó bien para que esa polla entrara dentro de ella. Luego la chica desnuda lo llevó a su habitación, se acostó y le ordenó que le lamiera el coño. Se agachó y empezó a lamerle el coñito de tal manera que la chica le rogó que se corriera dentro de ella. Él agarró ambas piernas y comenzó a perforarle el coño mientras ella le pedía que fuera más rápido. Comenzó a destruir su apretado coño con su enorme polla y a la chica le encantó. Quería mostrarle a su hermanastro lo que podía hacer, así que se puso encima de él y comenzó a montar su polla con habilidad. No dijo una palabra, simplemente se quedó allí y disfrutó viendo a esa pequeña zorra saltar sobre su polla. La pequeña niña se giró con su culito frente a él y comenzó a montarlo. Después de eso, ella se dio la vuelta y le llenó la boca con sus pezones mientras él la agarraba por el culo para apretarla contra su polla. La chica se sentía increíble y quería que él la follara hasta experimentar múltiples orgasmos. La pequeña niña desnuda se puso de pie y montó su polla mientras se apoyaba en sus pies. Ella gritó y gimió por el placer que sentía y quería que durara para siempre. El hombre disfrutaba sintiendo a esa zorra deslizarse arriba y abajo sobre su polla, pero quería tener la última palabra. La inclinó sobre la cama y comenzó a follarla a lo perrito salvaje. Ella comenzó a poner los ojos en blanco por el enorme placer que estaba pasando. Ella lo estimuló adicionalmente con todos los sonidos sexys que hizo hasta que él la giró y disparó su carga por toda esa carita de zorra.

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