El marido disfruta de un increíble trío con su mujer y una compañera
Al principio, Gizelle se sorprendió desagradablemente cuando su marido trajo a una perra a la casa, queriendo que ella las viera tener sexo. Ella le había estado dando la espalda en la cama y ahora tenía que hacer lo que fuera necesario para recuperar a su hombre, incluso si eso significaba compartirlo. Sentada con ellos en el mismo sofá del salón, tuvo que mirar como una guarra le chupaba la polla a su marido. Ella no lo sabía, simplemente la excitaba ver cómo otra mujer se lo mamaba. Ya no podía quedarse quieta. Ella decidió unirse a ellos y cumplir el deseo de su marido de hacer un trío. Gizelle comenzó a acariciar su coño sobre sus bragas mientras su marido lamía el coño mojado de Aidra. Estaba excitada por sus gemidos y la vista de su cuerpo delgado la excitó aún más. Empezó a besar a la puta de su marido. Se acercó a ella por detrás y le metió su gran polla en el coño. Ella se excitó tanto que empezó a besar apasionadamente a su esposa. Gizelle quería demostrar que ella también sabía cómo complacer a su hombre, así que le dijo a su marido que se sentara en el sofá y los dejara hacerlo. Ella comenzó a tragar su polla erecta, acariciando sus grandes pelotas en el proceso. El otro bebé estaba allí para ayudar, lamiendo los restos de su polla que no cabían en la boca de su esposa. El marido estaba increíblemente feliz de que su fantasía oculta estuviera sucediendo ahora mismo. Se acostó en el sofá y les dijo a las chicas desnudas que lo montaran. Uno tuvo que correrse sobre su polla mientras le ordenaba a la otra que le pusiera su coño mojado en la cara. ¡Todos disfrutaron de esta pose fenomenal! Las chicas desnudas se besaron apasionadamente mientras él lamía incansablemente el coño de su amigo mientras perforaba el coño húmedo de su esposa. Los tres empezaron a correrse al mismo tiempo. La habitación se llenó con el olor de sus cuerpos sudorosos, y estos tres amantes se entregaron por completo a sus instintos animales, disfrutando de esta increíble follada. Al final, estas dos chicas desnudas y calientes se tumbaron en la cama, con la cabeza sobre el borde de la cama y las manos en sus coños. “¡Corre en nuestras caras, señor! ¡Por favor, queremos sentir tu semen sobre nosotros! las chicas gimieron, haciendo rodar sus clítoris entre sus dedos.