Ama de casa pervertida enculada en la cocina
Sabía lo que estaba haciendo, limpiando el piso con esos pantalones cortos ajustados y cortos. Podría haberse puesto las bragas en este momento y dar por terminado el día. Pero ella quería ser una provocación esta noche. Cada movimiento que ella hacía era simplemente perfecto, y con ella, cada movimiento, su polla se hacía cada vez más dura. Finalmente tuvo suficiente, así que saltó del sofá y agarró su apretado culo. Pero ella tenía una sorpresa esperándolo. Había algo duro en su culo. La desnudó en poco tiempo y ahí estaba. Un tapón anal brillante metido profundamente en su culo. Con un final de gema, el juguete plateado sobresalía de su trasero, y eso le dio la idea perfecta. Esta morena cachonda debía recibir una follada anal esta noche. Ella ya estaba tan cachonda, su coño estaba empapado y su culo se apretaba alrededor de su tapón anal con cada golpe de su mano. Oh, cómo quería que la azotaran y luego la follaran por toda la cocina y la sala de estar. Quería ordeñar su polla como nunca antes y beber cada gota de su sabroso semen. Pero sabía que él no estaba dispuesto a darle todo lo que quería tan fácilmente. Entonces su cachonda esposa envolvió sus jugosos labios alrededor de su gran, dura y gruesa polla y la chupó con fuerza. Estaba decidida a hacerlo perder la cabeza esta noche. Quería asegurarse de que ella le mojara mucho la polla porque su propia saliva será su único lubricante. Ella ya se burló de él con su tapón anal. Así que ahora es su turno de provocar su apertura. Si quiere su polla, su boca tendrá que trabajar más duro. Es como si ella leyera su mente y lo chupara aún mejor y más fuerte. Deslizó su polla empapada con su saliva en su apretado culo y lo golpeó con fuerza. Se folló a su bebé en todas las posiciones imaginables. Sobre la mesa y el sofá. Tenía sus piernas alrededor de él. Entonces la sexy chica desnuda estaba encima de él. Su pequeño y sucio gilipollas agarró su polla con tanta fuerza. Apenas podía aguantar y seguir follándola sin reventar. Ella era una pequeña zorra cachonda que nunca se cansaba de su polla. Lo quería en todas partes, follándose todos sus agujeros. Incluso frotó su punta húmeda sobre su clítoris hinchado, rogando que se corriera para él.